Silencio, que comienza la fiesta.

-¿Uh?

Suelta confundido. Rebusca en los bolsillos de la chaqueta negra, en los jeans gastados, hasta se palpa los calcetines de astronautas (Estrellas, planetas, un pequeño Neil Armstrong). ¿Y el dinero? Es la primera vez que sale de casa sin avisar un sabado por la noche, para ir sólo al parque de atracciones, sólo. (A veces suena tan bien. La palabra, no en sí la soledad. La soledad no suena. ) Y no tiene dinero. Repugnante

Niel observa al señor de los dulces con ojos vaciós. Tenía ganas de una manzana con caramelo. Caramelo, sí. Lo necesitaba. Hace más de unas horas que no propaba nada dulce, el almuerzo había destacado por las verduras y padre había destacado por decir que los caramelos son malos antes del almuerzo. ¿La cena? No la había visto.

Maldito dinero

-Uh- Suelta nuevamente. Gira sobre sus talones con la mera idea de irse a casa. Desilusionado, agotado,...y sin dinero.
¨
((Yo sé que le han robadoooo [?]))

Mientras mira la manzana encaramelada, con la mirada tan dulce como tal fruta con caramelo, oye unas quejas, apenas audibles. La chica no suele quejarse en voz alta, y menos bajito. Le parece algo raro, pero sonríe. Se acerca al chico que oyó quejarse, y lo ve meter sus manos en los bolsillos, como búsca por sus pantalones... por sus calcetines. Eso le hace reír leve, pero entonces el chico gira sobre sus talones, como con intenciones de irse. Ella ladea el rostro y camina a su lado con la manzana intacta en la mano.

- ¿Ocurre algo? - pregunta.

Off; Si tú lo crees, yo lo creo (¿) xd

Niel no la ve acercarse, no se entera de su precencia hasta oir su voz de niña. La mira de lado, no se detiene, pero su paso disminuye, es lento, cansado. Cabello de oro, ojos grandes, piel blancuzca. Le recuerda a una muñeca. En sus manos se cierne el dulce que tanto desea. Siente hambre y ansiedad. Podría quitarselo y salir corriendo. No obstante, éso sería como robarle a un igual: es pequeña como él.

Le tiembla la voz y los ojos.

-Ocurren muchas cosas- dice. Su cabeza le envia una señal de error. Esa no es una respuesta correcta, implica hablar más de la cuenta, de lo estrictamente necesario.
-Dinero, no tengo dinero para comprar dulces- Susurra. Olvida que su voz es baja en sí, y si lo susurra...debería acercarse al oído de ella para que lo escuchase.

"Porque se me ha olvidado, porque no le pedí permiso a padre ni a Heini, ellos me hubieran obligado a llevar dinero para comprar manzanas con caramelo." Más las razones se las calla, habla sin abrir los labios, y las palabras se repiten en su mente como voces para los esquizofrénicos.

Intenta despegar los ojos de la fruta (con caramelo) que no es suya.

Off: Ahora le va a robar a ella, le veo las intenciones (?)

Lo mira con el rostro ladeado, siguiendo el paso del desconocido, algo intrigada. Quizás el chico está perdido, o quizás es lo que ella piensa. Cuando contesta, October tiene que acercarse solo un poco, simplemente para oírle del todo. Entrecierra los ojos sin haber entendido eso último del todo.

Mordisquea su labio inferior al oír lo segundo. ¿Qué más daba que ella no pudiese probar su dulce, si lo iba a lanzar en cuanto se aburriese de él? Cosa que, evidentemente, sucedería segundos tras haberla probado. Observa la mirada azul impactante del chico, dándose cuenta del deseo que reside en ella. Eso le produce algo de gracia, pero lo oculta con su cansada y simple sonrisa. Extiende la mano, ofreciéndole la manzana.

- Es tuya, no la quiero - dijo, encogiéndose de hombros, natural - Y no miento porque me des pena - aclara, simple.

Off: No quiero que acabe como un delincuente, yo le llevo por el buen camino (?) xddd