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Niel Schlegel

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Mensaje por Niel Schlegel Dom Nov 22, 2009 4:03 am


Niel Schlegel Dwuwzd

Nombre Completo: Niel Heinrick Schlegel Weiss
Apodos: Nene es lo más común. Su madre le tiene distintos apodos cursis, él prefiere ignorarlos.
Edad: 16 años
Sexo: Masculino
Lugar de Procedencia: Berlin, Alemania
Carrera u curso: 1º curso

Descripción Física:

{Cabello} Extraño. Revuelto. En un principio castaño oscuro; con un corte irregular, enmarcando su rostro. No muy largo, ni muy corto. Hace tres años empezó a cambiar; atisbo de dorados aparecieron y poco a poco fue cogiendo un oro apagado. Castaño claro en algunas partes, rubio brillante en otras. Parecido al cabello de su padre cuando este era un niño. Supone que lo ha heredado, en mayor parte, de su madre (la barbie) Nunca le ha importado, no lo peina, ni tiene la manía de tocar su flequillo para colocarlo mejor. Cree que debe cortarlo pronto le molesta al leer. Por su gusto al caramelo el olor de su champú es dulzón.

{Ojos/Mirada} Otro cambio. En la infancia de un verde almendrado con un azul nocturno. Apagados y casi sin vida, resaltaban muy poco, no eran nada especiales para quien no supiera apreciarlos. Los matices se renovaron a una cierta edad. Más claros, más azules, menos verdes. Siguen teniendo una afición para crear la ilusión de otros colores; de un celeste, parecido al de su madre, o verde oscuro. Añaden ternura a su rostro por su tamaño. Son pequeños y redondos. Tiene la mirada cansada, como si no hubiera dormido mucho (lo cual no es del todo erróneo) o hubiera ingerido algún narcótico (lo cual sí es totalmente erróneo) De igual manera sus ojos son elogiados por la timidez que siempre está ahí o el simple hecho de mirar perdidos a ninguna parte.

{Rostro}De cara ovalada complementada por una piel perlada de tono rosado. Se sonroja constantemente, por ello es común ver sus mejillas manchadas de un rojo suave. Tiene los rasgos propios de un niño; finos, poco marcados y aniñados. Su transición -en apariencia- hacía la madurez parece ser lenta o haberse frustrado. La nariz es extraña, de un tamaño promedio, pero encaja perfectamente. Sus labios son desiguales, fino el superior y grueso el inferior. Eternos cerezas. Hace pucheros a menudo, una fijación obtenida desde la infancia. Es atractivo, nadie lo niega. Su rostro atrae por su belleza infantil, no obstante, esa misma afirmación te vuelve un tanto pederasta.

{Cuerpo} Delgado, famélico, casi anoréxico. Come pequeñas cantidades de alimentos porque se llena pronto, intenta ser vegetariano para no sentirse pesado al terminar, pero suele olvidar el objetivo.
Parece haber nacido para romperse. Es de cuerpo delicado y de cintura enjuta. No tiene ningún atisbo de músculos. Dista de tener fuerza o resistencia. Su altura no es merecida; apenas un 1.72 cuando su padre supera la media alemana sin problemas. Hasta Reina es más alta que él. Vive acomplejado por su altura. Manos y brazos finos, al igual que sus piernas escuálidas contienen algún rasguño. A Niel le gusta correr, y caerse, gracias. Practicó el boxeo por unos años; lo cual no le ayudó en nada y aumentó una fractura en la mano.

{Vestimenta} Ama colores como el rojo o el azul, y tiende a elegir su ropa oscura para el día. Camisetas, sudaderas, pantalones, etc. Ropa grande, normal y no muy rebuscada. La importancia que le daba a vestirse era mínima, no ponía empeño, ni buscaba las grandes marcas. En realidad, parecía alguien con pocos recursos económicos. Sin embargo, con sus cumplidos 16 años, cambió su vestimenta para no resultar tan niño. Ahora hay chaquetas de cuero, camisetas con estampados de grupos de rock o caricaturas graciosas, pantalones finos o simples vaqueros rotos. Tiene trajes para ocasiones importantes y corbatas que a veces mezcla con ropa informal para salir a la calle. Reina le da consejos, él los escucha con desinterés.

Descripción Psicológica:

Ausente. Niel parece estar en una continua lejanía. Lo miras, lo examinas, tratas de llamar su atención y aunque lo consigas, una parte de él está tan lejos que es imposible encontrarla. Sus ojos miran al vació y cualquier cosa puede ser una vaga distracción para él. Sabe concentrarse, por ejemplo cuando lee algún libro favorito, no obstante lleva en la sangre la perdida del interés temprana, y buscar otra cosa para entretenerse es tan común como comer caramelo. Tiende a ignorar y olvidar, sin darse cuenta si quiera. Un día puede estar atraído por un tema y al día siguiente perder todo conocimiento sobre ello, o mas bien, toda atracción. Consecuentemente posee una buena memoria para nombres y datos de infinidades de cosas, su cabeza está sobreexplotada de conocimiento. Le resulta fácil entender y aprender y difícil ser constante. Es inteligente, un verdadero ratón de biblioteca. Sus gustos en la lectura van desde los poetas malditos hasta algún dramaturgo descarriado que vive en un ático. Se decanta por la teoria y nunca llega a la practica, todo lo posible lo ha vivido en el mundo de las letras y la imaginación.

Antisocial, tal vez. Hablar con Niel es hablar -casi- con un niño autista. Responde, porque tiene unos buenos modales, pero su vocabulario utilizado está compuesto por monosílabos. La mayor parte del tiempo, intenta no ser cortante, y sus palabras suenan sin fuerza (gracias dios ya no titubea como antes) y está intención es confundida con timidez. Disfruta del silencio, pese a que los silencios sean en su mayoría incómodos Y es tímido, sí, le cuesta hablar tanto como le cuesta aguantar la mirada en los ojos de otra persona, pero sabe controlarse y no salir huyendo. De pequeño solía ponerse tan nervioso con gente nueva que le daban ataques de pánico. Creyeron que tenía alguna fobia a los desconocidos, lo cual se descartó con el transcurso de la edad. Simplemente era el miedo al “que dirán” o “que pasará”, ahora eso afecta lo mínimo.

Es poco empático. Distingue cero o nada los sentimientos de los demás. Puede resultarle una odisea ponerse en el lugar del otro. Ve más la parte lógica y no comprende. Se esfuerza en ser amable y encantador para no tener que averiguar un rostro de duda. Su apatía conlleva estragos en su parte social. Sin embargo, no le molestan las muestras de cariño hacia él, sólo lo avergüenzan y sonrojan sus mejillas. Ha aprendido a no sentir incomodidad por sus primos-hermanos, que son muy dados a los abrazos. Son contadas las veces en que se ha enfadado o enrabietado. Niel es un niño tranquilo con momentos de enfado o rabia singulares, no sé disgusta con nadie y prefiere ahogarse en si mismo. De igual manera no es sencillo enfadarle, hacerlo sentir mal sí, pero otro gallo canta si deseas llenarlo de ira contra otra persona. La lógica sale otra vez, no siente que sirva para algo productivo enfadarse con otras personas.

Su carácter pasivo y anémico suele llevarle a querer cargar con todo sin pedir ayuda, para no molestar, por supuesto. Cree en él como en un estorbo, carece de confianza en si mismo, y piensa siempre antes de dar el siguiente paso. A veces piensa demasiado, las cosas suceden y él no se ha movido de su sitio. Da una imagen madura y seria, aunque en verdad se comporta propiamente como un niño. Dulce, voluble, tan sencillo de manejar. Una mente abierta. Cederá eternamente. Lo puedes agarrar de la mano y no pondrá objeción. Sabrá mucho, pero no se hace notar. Su moral en lo correcto e incorrecto es simple, estaría bien que indagará más en lo posible, mas no lo hace y puede frecuentar a manos de otros lo indebido. Es la persona a la que quieres corromper, un alma inocente a la que echar a perder.

Hace unos años salió a relucir una personalidad totalmente diferente al paciente Niel. El personaje es su antítesis. Molesto, irritable, detestable. Habla vulgar, insulta e utiliza un sarcasmo que el Niel de siempre ni si quiera comprende. De naturaleza problemática, mete en líos y desaparece. Éste sujeto es, a su manera, su segunda personalidad. Niel no recuerda, ni sabe cuando aparece. Carece de conciencia de él. Hasta el momento ha originado apenas confusión en la cabeza del niño

...

En resumen, se pierde con facilidad en la monotonía de su vida, y no está disgustado por ello, en realidad le “encanta” su vida. Y aun tiene demasiado que vivir.


Orientación Sexual: Niel no entiende de géneros, ni de etiquetas sexuales. Se podría decir que es asexual (nunca a sentido una atracción hacia otro ser humano, o no se ha dado cuenta) y la vez, abiertamente bisexual.

Historia:

Su llanto llegó entre la desesperación de Reinhard y la inutilidad de su amigo Ferdinand para calmarlo.
Niel no fue un niño planeado, ni esperado, tampoco bien recibido. Durante el tiempo de su nacimiento y meses después, su padre, Reinhard Schlegel decidió abandonar todo contacto con su familia y se fue a vivir con su mejor amigo, Ferdinand. Abandonando a su suerte a Devynne, la mujer a la que había dejado embarazada. Dañado por la culpa y el orgullo, se sometió a el exilio. Sus razones eran tantas que Ferdinand sólo calló y apoyó.

El principió del fin había comenzado hace 2 años. Reinhard Schlegel, joven respetado por quienes lo conocían y temido por los que veían su faceta nocturna o más salvaje, decidió seguir con su estudios en arte y fotografía, intereses que nunca se habrían supuesto en él. Se distanció poco a poco de los Schlegel, y a la vez de su hermano, Heinrich Schlegel, quien era el verdadero culpable. Una discusión entre los dos, por las paranoias de uno y la estupidez del otro, había causado la llamada “razón” para la mente de Reinhard. Su relación, enfermiza e insana, debía acabar o al menos aminorar. Eran hermanos, sangre en sus cuerpos los unía. Reinhard se cegó por los prejuicios y ocasionó una rápida sustitución y un matrimonio aceptado. Celoso, lleno de ira, y aún peor, traicionado, quiso irse, abandonar el país. Sin embargo, contados encuentros con su hermano después de la boda, lo volvieron amarrar a él y a sus inquietantes sentimientos.

Heinrich se divorció incitado por la posesión de Reinhard. Unos meses más tarde nació la primera hija de Heinrich con Hanne Kekkonen, Reina (en honor a él) quién fue directamente a vivir con ellos. Fue otro golpe, recordar aquella unión por una niña volvía a abrir la herida. Una etapa de decadencia se estrenó en su forma de vida. En una de sus salidas con Ferdinand, conoció a una bonita noruega que estudiaba arte en la ciudad. Otra relación tormentosa, mas no duró demasiado. Y tuvo su fruto premeditado por ella.

Niel Heinrick Schlegel Weiss nació un día insignificante de Noviembre. La madre agotada y desilusionada por creer retener a Reinhard con un hijo, fue incapaz de ver al niño y el hermano de está se hizo cargo de él. Pocos sabían de su existencia, el padre se enteró por una llamada de Devynne, pero no quiso ir a ver a su retoño. Devynne tomó la decisión de llevarse al niño a Noruega. Nuevamente las cosas cambiaron de repente; Reinhard pidió al niño (Aun nadie sabe cual fue la causa de su cambio de actitud) Devynne no puso pegas, acordaron unas visitas y la custodia la obtuvo Reinhard. Ella tenía fe en un posible reencuentro de la pareja que nunca fueron. No lo consiguió.

El padre regresó con su hermano. Ignoró los posibles sentimientos de Heinrich con la situación y criaron a los niños juntos. Niel crecía en un entorno peculiar, dos padres, una hermana-no-hermana y una madre a distancia. Reinhard lo cuidaba, lo llevaba con él a casi todas partes y le hablaba como si tuviera 10 años más. No sabía como ser padre. A los 3 años los problemas surgieron; un nuevo niño llegó a la familia. Segundo hijo de Heinrich y Hanne; la mujer deseaba volver a la vida de su hija y Reinhard claramente disgustado prefirió ignorar mientras se ocupaba de Niel y Reina. Aquello llevó a que su hermano ( más paranoias) dejase embarazada a Hanne. Según tiene entendido, el parto fue complicado y Reinhard, aunque quisiese irse con su hijo lejos de la vivienda compartida, se quedó a cuidar a Reina por la ausencia de sus padres. Tardo unos meses en volver a hablar con su hermano y de alguna forma en perdonarle. A su manera, por supuesto.

Las visitas de Devynne se dieron, Niel iba a su casa en Noruega o su madre viajaba a Alemania. Su madre le enseñó que la relación de su padre y el hermano de éste no era aceptada en su sociedad. Intentó meter en la mente de Niel prejuicios. Sus ganas fueron inútiles. Por encima de todo, Niel quiere a su padre y cualquiera que intente dejarlo mal delante de él se llevará su ignorancia. A Devynne no le quedo otra que desistir. Si bien entendía las cosas explicadas por su madre, nunca lo vio fuera de lo normal, su normalidad. Además estaban Reina y Haakon, que parecían no tener ningún problema con ello, ¿para qué tenerlo él?

Heinrich tomó el puesto de confidente, sus secretos iban a parar a él. Comprendía que había cosas que no podía contar, ni hablar con Reinhard. Él no era el padre cariñoso y amable. Le incitaba a aprender boxeo, con eso lo dices todo de él. La relación con sus primos-hermanos era buena. Afectuosa, quizás, por parte de ellos y un tanto ambigua por Niel. Y sigue siendo así, no importa que Reina se acerque mucho o Haakon quiera verlo pintado de rojo.

Con sus 12 años, la familia decide mudarse por el trabajo de Heinrich a EEUU. Reinhard lo sigue sin objetar y Niel estará donde su familia vaya. El aspecto físico de Niel va cambiando. Si antes destacaba por ser castaño de ojos oscuros, extraño por la diferencia con su padre, se convierte en la viva imagen de un Reinhard adolescente. Su carácter tímido y callado, muy maduro para tener tan corta edad, sigue ahí pero ahora tiene un matiz nuevo. Desarrolla un personaje en su propia personalidad. En estos momentos no sale a la luz con conocidos o familiares, y ni el pobre Niel se da cuenta. De igual manera está ahí y no es agradable.


Familiares:

Reinhard Schlegel: Su padre biológico. Por un tiempo fue instructor de Esgrima en una escuela privada, que sólo ejercía por diversión, pero su trabajo a tiempo completo es ser dueño de “Monroeville” galerías de arte dispersas por distintos puntos en Europa y América. Niel piensa en él como en un ser idealizado. Padre es él único en ver su verdadero yo; no una carita dulce, ni una mirada cansada, ve a el autentico nene. Si bien no es cariñoso con él, y los abrazos son bastante inútiles, Niel sabe que su padre lo adora (aunque algunas veces lo olvide) De pequeño solía ser su sombra; siempre detrás de sus piernas, agarrando su mano para sentirse protegido. Reinhard nació distante a la realidad, y de lo que ello conlleva (personas), y eso a heredado Niel. Es frío y arrogante, además de un obsesionado a las peleas. Sabe más de 4 disciplinas de defensa personal o ataque. Su trato brutal a su hermano trajo lo que ahora es algo eterno, aun así, con su carácter, nunca ha pegado a Niel. Una vez dijo que su niño era muy delicado, pero eso no valió como excusa para intentar enseñarle a boxear con escasos resultados. Una mano fracturada y una mejilla morada. Padre casi mata al niño con el que luchó.
Dice haber puesto el segundo nombre a Niel cuando estaba bebido. Mentira.

Heinrich Schlegel: Lo llama papá a veces, o simplemente Heini. Hermano y pareja de Reinhard. Su relación, que dista de normal, es a los ojos de Niel, la mejor relación entre humanos que ha presenciado. Trabaja en la empresa materna, con un puesto muy importante. Tiene dos hijos y traicionó a su padre dos veces, también. Niel no lo ve como algo malo, ya que no entiende en toda su realidad la relación de los dos y sabe que Heinrich es muy bueno como para haberlo hecho con la intención de dañarlo. Es su mayor confidente, y su trato es muy dulce con él. Ha escuchado como hablaba consigo mismo en voz alta, pero cada persona tiene sus secretos. Su voz le recuerda a una melodía de Debussy.

Devynne Weiss: Su madre. La mujer más guapa que ha visto (sin ofender a Reina). Brillante, manipuladora y capaz. Una rubia femme fatale. Es extremadamente cariñosa en su trato; pone apodos cursis y adora cada uno de los gestos de su hijo. Ella los plasmaría en los lienzos que la ayudaron a conseguir a su Reinhard (sólo unos meses tal vez) pero creando una persona a la cual adora. Devynne vive en Noruega, aunque tiene un pequeño apartamento en la ciudad de Berlín, de su época de estudiante. Cuando pasa los veranos con ella, visitan a los abuelos y a su tio Ellery, quien también vive en Alemania. No es muy alta y parece una barbie, es redactora jefe en una revista de moda. Un trabajo hecho a medida, el cual complementa con sus pinitos como diseñadora. Sigue guardando un cariño a Reinhard, por mucho daño que este le haya causado.

Reina Schlegel: Su hermana. Hija biológica Heinrich. Su propia imagen revela alguien extrañamente atrayente y sensual. Preciosa. Algo que para Niel está ahí, pero él no interpreta. El niño la ve como una persona fuerte y decidida, un modelo a seguir. Su determinación lo abruma, quiere parecerse a ella en ése aspecto. Ha vivido a su lado toda su corta vida (descontando las veces que los dos se iban a ver a sus respectivas madres) y es alguien en quién confía plenamente. Reina a veces lo mira con ojos que distan de ser puros, con sonrisas que confunden y con abrazos muy afectuosos. Él sólo cree que es muy efusiva. Reina fue su primer beso, sólo tacto, cuando eran unos niños. Niel no la vio venir.

Haakon Schlegel: Su hermano pequeño, o eso siente Niel. Hijo biológico de Heinrich, también. Es en sí, el antítesis de Niel. Pícaro, rebelde, un libertino a tan corta edad. Como camina, como se detiene. Mirar a Haakon es ver una película con sobresaltos a cada momento. Atractivo sí, un niño también. Disfruta de la vergüenza de Niel, y tiene una fijación por repetir lo que hace su hermana con él. El nene agradece su compañía porque Haakon es divertido y lo saca a la fuerza de sus libros o escapadas al mundo de los sueños despiertos. Su segundo beso, casi 10 minutos después del primero con Reina, fue con él. Niel supone que los vio y quiso probar.

Temores:
A los golpes mal dados.
Que Heini destruya a su padre con sus prontos.
Que Reinhard vuelva a pensar en escapar lejos de toda familia, y lo peor, que decida no llevarlo con él.

Pertenencias:
Cadena estilo militar con una inscripción en alemán inquietante: “Deja de temblar”. Regalo de su padre al cumplir 10 años. Original, sin duda.

Otros Datos:
-Habla 4 idiomas; alemán, inglés, noruego y finés. Domina a la perfección los tres primeros y el último aun se traba en su lengua.
-Siempre ha querido aprender esgrima. Sabe la teoría mas nunca ha intentado practicar.
-Le encanta el caramelo. Ya sea fundido, o sobre distintos alimentos.


@Derechos reservados :3, historia compartida con la roler de Reina.
Niel Schlegel
Niel Schlegel
Estudiante, 1º curso.

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